Históricamente, el área del Estrecho ha sido una zona dialéctica, una zona de paso de atunes, barcos, aves, pateras... Signos que han ido hacia un lado y otro. En nuestra sociedad tecnológicamente desarrollada, la exigencia de comprensión inmediata convierte a signos y símbolos en fundamentales para generar una respuesta rápida. Atendiendo a los elementos principales con una estructura sencilla, facilitan la percepción y memoria. Creo que a medida que dejemos atrás una época basada en la cultura escrita impresa, adentrándonos en un entorno regido por la tecnología auditiva y visual, las reglas básicas de la comunicación se transformarán. Los signos y símbolos recuperarán en un futuro la relevancia que tuvieron en el pasado, generando información y propagándola con inteligencia y rapidez.

Partes telegráficos de 1811. La crónica del asedio francés




El código del telégrafo óptico utilizaba 24 señales, que podría ser alfabética o numérica.
Desde el mes de julio de 1811, los periódicos gaditanos “El Redactor General” y “El Conciso” publicaron diariamente un resumen de las observaciones de los vigías militares que, con la ayuda del telégrafo óptico, vigilaban la Bahía de Cádiz desde 1805. Durante el asedio francés, sólo funcionaba una línea telegráfica entre Cádiz y San Fernando con una ampliación de sus puestos de vigilancia desde el castillo de Sancti-Petri hasta el Arsenal de la Carraca.

Como se aprecia en estos partes, los partes telegráficos, con la autorización del gobernador militar de Cádiz, presentaban en la prensa gaditana una información muy exhaustiva: sobre los trabajos de construcción de defensas en ambas líneas; sobre los fuegos de artillería y otros combates entre la línea francesa y la española; sobre los desplazamientos de personas y mercancías; y finalmente sobre los movimientos de buques y lanchas en la Bahía de Cádiz. En conjunto, una crónica diaria de los que ocurrió en este episodio gaditano de la Guerra de la Independencia.