Históricamente, el área del Estrecho ha sido una zona dialéctica, una zona de paso de atunes, barcos, aves, pateras... Signos que han ido hacia un lado y otro. En nuestra sociedad tecnológicamente desarrollada, la exigencia de comprensión inmediata convierte a signos y símbolos en fundamentales para generar una respuesta rápida. Atendiendo a los elementos principales con una estructura sencilla, facilitan la percepción y memoria. Creo que a medida que dejemos atrás una época basada en la cultura escrita impresa, adentrándonos en un entorno regido por la tecnología auditiva y visual, las reglas básicas de la comunicación se transformarán. Los signos y símbolos recuperarán en un futuro la relevancia que tuvieron en el pasado, generando información y propagándola con inteligencia y rapidez.

Le Polytope de Cluny_Iannis Xenakis


 
Poli =muchos, topos=lugar. Los polytopes son un intento de inventar espacios y articularlos de forma apropiada por medio de acontecimientos sonoros y lumínicos. Con los polytope Xenakis quería integrar la luz a la suma de música electrónica y arquitectura.
En 1972, el Festival d'Automne de París le encargó un Polytope  a Iannis Xenakis para una localización justo en el corazón de París: los Baños de Cluny, un edificio construido por los romanos, situado muy cerca de la Sorbona y uno de los mayores logros de la arquitectura medieval. La capital francesa se encontraba en plena resaca del mayo del 68 y este encargo  tenía como objetivo reconciliar a las nuevas y convulsas generaciones con el pasado, combinando lo viejo con lo nuevo.
La obra consistía en una composición electroacústica  de 25 minutos de duración grabada en una cinta de 8 pistas. Con unos andamios se instalaban varios cientos de flashes que eran disparados para crear patrones de luz. A esto se les añadían tres láseres de colores diferentes que proyectaban a lo largo de la bóveda por medio de una red de espejos ajustables. Fue la primera vez que Xennakis utilizó un ordenador para orquestrar toda la instalación. El espectáculo fue un inesperado éxito, manteniéndose hasta el 1974 y congregando a más de 200.000 personas. Visto desde el presente, todo un hito del retrofuturismo. Memorable.